Relatos de Skármeta y Lemebel llegarán al cine
Si es que hay algún punto en común entre los relatos A las Arenas, de Antonio Skármeta, y El Ultimo Beso de Loba Lamar, de Pedro Lemebel, es su interés por bucear en las vidas limítrofes de personajes marcados por la marginalidad. La vida dura de dos inmigrantes latinos en un Nueva York ancho y ajeno y los últimos días de un enfermo de Sida en el Valparaíso invernal unen a dos de los cuentos que están próximos a cristalizare en el formato de la gran pantalla. Ambos proyectos se encuentran con sus respectivos guiones en fase terminal y deberían comenzar a rodarse entre fin de año y principios del próximo.
Fue en agosto de 1996 que Lemebel publicó su libro Loco Afán: Crónicas de Sidario, donde se incluía El Ultimo Beso de Loba Lamar (crespones de seda en mi despedida... por favor), la triste y algo alucinada historia de un homosexual que es diagnosticado con Sida. Loba Lamar -así se hace llamar este hombre-mujer porteño- realiza una extraña ecuación en su afiebrada imaginación y decide que el maldito positivo que significa ser portador del Sida es un benévolo positivo: cree, en resumidas cuentas, que se trata de un examen que ha determinado su embarazo. Su nivel de inquietud mental -disparado por la galopante enfermedad- le hace pensar que ha sido preñado por el mismísimo Ben-Hur, el príncipe hebreo del que recuerda una imborrable imagen tras haber visto la película homónima, la única que presenció en su vida.
La cinta tendrá un costo de 250 mil dólares, durará 90 minutos y será filmada "idealmente este año", explica su productora ejecutiva Isabel Chávez. La película será dirigida por Verónica Quense, documentalista y fotógrafa chilena, ganadora de varios premios con sus cortos El Vuelo de Juana y Desierta.
Dos pícaros con vergüenza
Si el relato de Lemebel recala estrictamente a los 90, la narración de Skármeta ubica su clima cultural en los 60. Perteneciente al libro de cuentos Desnudo en el Tejado (1969), A las Arenas es la historia de dos latinoamericanos que sobreviven en el Nueva York sesentero, aquél invadido por hits de Petula Clark, algunas escapadas a un recital de Ella Fiztgerald y una coexistencia pacífica en un destartalado departamento de los barrios bajos. El chileno y el mexicano se ganan unos cuantos dólares vendiendo su propia sangre en un hospital público y ven diariamente cómo sus quimeras son aplastadas por el intolerable sol del verano neoyorquino y una vida miserable.
La cinta, que se titulará Manhattan Sexo, traslada la acción a nuestra época y la pareja de busquillas sigue siendo binacional. Según el productor Juan Harting, de Roos Films, el filme debería comenzar a rodarse en la primavera de este año o el otoño de 2005. Para el proyecto está reclutado el director argentino Matías Stagnaro y el actor chileno Tiago Correa en el rol protagónico.
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